Esta mañana desperté muy temprano como nunca; dormí al acostarme después de mucho tiempo, obvio con mayor medicación indicada por la Medica, al despertarme en silencio ejercite mis piernas como se me fue indicado, pero sobre todo porque sentí que no podía bajar los brazos, que se me presentaba una nueva prueba divina y que debía superarla una vez más.
La expectativas, las de otras veces, las de nunca, las de siempre; ayer la reumatóloga me cambio los medicamentos, me agrego mas dosis de algunos que ya tomaba, elevándola a dos dosis diarias en distintos horarios, pero sobre todo descubrió que mis piernas no respondían esta vez no por las rodillas que duelen tanto, si no por los músculos que están tiesos, duros como si se hubieran empezado a fibrosar, y claro las rodillas, los tobillos, los pies y mi cuerpo superior hacen todo el esfuerzo para pararme con mucha dificultad, pero aun así pueden , despacio con dolor pero aun pueden, cuál era mi lucha y es mi lucha interior la gran pregunta: ¿y si dejo de caminar?, ¿ y si quedo en un cama sin moverme?.
Y me planteaba puedo tal vez no pueda ver, puedo tal vez no pueda escuchar, pero aprendería a moverme con mis manos y mis piernas ( no digo que sea fácil), podría no escuchar, cosa que no es fácil pero intentaría comunicarme con señas con lectura labial, pero no CAMINAR, no moverme, que difícil estar estático en un lugar para mi hoy solo pensarlo me aterra, sé que hay gente que ha hecho grandes proezas desde una silla de ruedas, y los admiro, porque a mí en lo personal me aterra el no caminar, ¿qué difícil no? No sé qué haría; y entonces esta mañana surgió el hecho de que no podía dejarme vencer, de que una vez más debía luchar, debía salir de esta nueva prueba, que entiendo que Dios permitió porque sabe que tengo que poder superarla y que alguna nueva enseñanza me dejaría con ella. Anoche como todos los días al acostarme, rece un Padre Nuestro, un Ave María, le pedí a ellos que iluminaran mi camino, también le pedio a San Miguel Arcángel su protección en este momento difícil, a San Rafael Arcángel por mi sanación.
Trataba de pensar y visualizar que hoy despertaría mejor, y por cierto aunque parezca increíble levante un poco más los pies al caminar, pasos cortos pero seguros, y tal vez hasta más firmes, los despegue mas del piso, no sé como estaré el resto del día, pero pongo toda mi fe y esperanza en que podre superarlo una vez más.
El día lunes vendrán a hacerme nuevos análisis a casa, para determinar el estado actual de mi esclerodermia y uno para determinar el estado muscular.
Quiero tratar de cambiar mis hábitos, mi forma de llevar hoy la vida, aprendí del perdón que aunque no cambie lo vivido, puede cambiar nuestro futuro a través de él, de la bendición, del agradecimiento, y sobre todo de la liberación de esa mochila, y realmente trato de implementarlo en mis cambios de cada día, y se trata de un aprendizaje que debemos estar dispuestos a enfrentarlo, por lo menos yo lo INTENTO, que palabra intentar, no asegurar, no prometer, intentar día a día, como esto de volver a caminar día a día.
Gracias por estar Vivi